lunes, 10 de enero de 2011

El Balón De Oro


Hace un par de horas me he enterado de cual es el podio final del Balón De Oro. Menuda sorpresa. Uno se plantea si es que los españoles no caemos bien o si es que, sencillamente somos así de pardillos. Teniendo en cuenta hechos como que Raúl nunca haya ganado un Balón De Oro, que Casillas nunca esté entre los 3 primeros o que Forlán (y no Iniesta) fuera nombrado mejor jugador del mundial (antes de la disputa de la final, por cierto), hay que concluir que la justicia en los premios del fútbol brilla por su ausencia.
Pero seamos serios. Que Xavi vaya (probablemente) a retirarse sin un Balón De Oro es una indignidad. No me cae demasiado simpático el de Terrassa. Algunas de sus manifestaciones sobre el Madrid me parecen arrogantes y despreciativas. Pero al margen de eso se trata de un verdadero genio, un hombre absolutamente enamorado del fútbol, al que da gusto, no sólo verlo jugar, sino también escucharle hablar sobre fútbol. Su visión de juego, sus pases milimétricos y, sobre todo su dominio total del balón lo convierten en un jugador practicamente único en su especie. Es el Keith Moon del fútbol. El juego del Barça y la selección española giran en torno a él. Él marca el ritmo, pone el balón donde quiere en el momento justo, o lo aguanta el tiempo que haga falta hasta que la jugada aparece.
Su verdadera dimensión se aprecia viéndolo jugar en directo, desde la grada. Ahí te das cuenta de como el partido se juega al son que marca Xavi. Domina el pase en corto y en largo, es bueno defensiva y tacticamente. Es, quizás, el mejor centrocampista que haya visto jamás. Además posee un gran disparo y, desde que ha adelantado su posición, sus cifras goleadoras han mejorado notablemente. Su temporada con el Barça ha sido espectacular, y con la selección, tanto en la fase de clasificación como en el Mundial, fue de menos a más, mejorando con cada partido hasta ser lo que acostumbra: el faro que guía el mejor fútbol del planeta. Ya pudo ganar el balón de oro el año de la Eurocopa, pero se encontró con la gigantesca figura de Cristiano Ronaldo. Se trata, en definitiva, de uno de los 2 o 3 mejores futbolistas de la historia de nuestro país.
En cuanto a la clasificación en sí, el problema surge en el mismo momento de la elección de los 3 candidatos. Eligiendo con la cabeza, para mí el podio debería ser, por este orden, Xavi, Sneijder y Forlán (con Busquets, Müller y Özil inmediatamente después). Lo que el cuerpo me pedía era más bien decantarme por Casillas, Robben y Xavi, pero ya lo decía Jarabe De Palo en su mejor canción: "razón y piel, dificil mezcla".
Messi es un jugador alucinante. Ya lo he dicho alguna vez, es un verdadero prodigio con el balón en los pies. Que juegue en el Barça es una auténtica pesadilla para cualquier madridista que se precie. Sin embargo, para la selección española yo no lo cambiaría ni por Xavi, ni por Iniesta, ni por Casillas. Su año con el Barça ha sido fantástico, ha logrado la Bota De Oro y está probablemente a un nivel más alto incluso que la temporada del triplete. Pero en año de mundial, el campeonato del mundo debe ser decisivo a la hora de elegir a los mejores. Y, aunque no jugó nada mal, el hecho es que Messi no marcó en todo el torneo. Ni tampoco fue decisivo ante el primer rival serio que tuvo Argentina (Alemania). Su participación fue, en definitiva, intrascendente.
El mundial de Iniesta fue realmente magnífico, de menos a más (en gran parte debido a la lesión que de la que recayó en el primer partido). Sobre todo la final, en la que siempre será recordado por su gol. Sin embargo, no sólo marcó el tanto que recordaremos toda nuestra vida. Fue el mejor jugador del partido con diferencia, creó peligro constante, desbordó sin cesar, provocó la expulsión de Heitinga (y debió provocar también la del miserable Van Bommel, maldito Webb). Recibió 200 faltas asesinas y aún así no dejó de intentarlo hasta que al final lo consiguió. Fue como un guión de Hollywood. El héroe que sufre todo tipo de adversidades pero al final acaba siendo, a ojos del mundo, el gran triunfador. Su actuación esa noche es una de las mayores exhibiciones individuales que recuerdo. Logró emocionarme de verdad.
Sin embargo, el resto del año, Iniesta, debido a las lesiones y como el mismo reconoció en el impagable Informe Robinson emitido hace pocas fechas, realizó, probablemente, su temporada más floja con el Barça. Por ello, no me pareció justa su inclusión entre los 3 mejores.
En cuanto a los neerlandeses (que no holandeses, Holanda sólo es una región del país, cuyo verdadero nombre es Países Bajos), Sneijder nunca ha sido un jugador muy de mi gusto. Su marcha del Madrid no me dolió ni la mitad que la del nunca bien ponderado Arjen Robben. No obstante, siendo imparcial, la temporada de Wesley es, sencillamente, fabulosa. Líder de un equipo que, gracias a Mourinho (el premio al mejor entrenador, aunque siento profunda devoción por Del Bosque, si que ha sido justo) rindió muy por encima de su nivel. Marcó goles decisivos y dio incontables asistencias a Etoo, Pandev y, sobre todo Milito quién, por cierto no estaba ni en la primera lista de candidatos al Balón de Oro (sin comentarios). Pero además, siendo mediapunta y sin tirar penaltys, fue pichichi del mundial empatado con Villa, Müller y Forlán. Junto con Robben llevó a una selección mediocre como Países Bajos hasta la final del mundial y, que cosas, ayudados por el infame Webb, casi logran, de no ser por el héroe Íker, hundirnos a todos en la miseria. Si, nadie lo recuerda, pero el que metió el balón en profundidad más largo de la historia del fútbol (al menos en nuestros corazones) que, afortunadamente Casillas despejó al olvido para que pudieramos recobrar el aliento, fue Sneijder. Que no estuviera ni entre los 3 nominados es un insulto a la inteligencia.
Practicamente lo mismo cabe decir de mi admirado Robben, con la diferencia de que perdió la final de Madrid. Pero marcó practicamente todos los goles decisivos (¡y que goles!) para que el Bayern lograra la liga y copa alemanas y se metiera en la final de la Champions. En cuanto a su Mundial, recuerdo como los oranje lo esperaban como si fuera el hijo prodigo para que se recuperara de su lesión y les diera ese punto de calidad necesario para eliminar a Brasil, derrotar a España y alcanzar el sueño. Bendito Íker...
Por último, en cuanto a Diego Forlán, por el que tengo gran predilección, lo reconozco, sus méritos son parecidos a los de Sneijder. Es decir, con equipos de no demasiado nivel, lograr resultados magníficos. Aunque no hizo una Liga a su nivel habitual, marcó los goles que le dieron al Atlético la Europa League. Pero más meritorio aún fue lo del Mundial. Uruguay es, con suerte, una de las mejores selecciones...en el segundo nivel mundial. Con una defensa ramplona, un portero normalito y un centro del campo fuerte pero con poca calidad, Uruguay sólo confiaba en su pareja letal: Luisito Suárez y el Cacha Forlán. Sin un mediapunta de calidad para poner balones en condiciones, ambos tenían que buscarse la vida sólos. Y a fé que lo hicieron. Nada menos que hasta semifinales llegó Uruguay lo que, en proporción, es como para Brasil ganar el título. El campeonato de Forlán fue soberbio, extraordinario (aunque, siendo justos, no tanto como para ser nombrado mejor jugador). Pues ya sabemos lo que pasó: fuera del podio.
En conclusión, cada uno tiene sus preferencias y sus jugadores favoritos, creo que mis argumentos pueden ser perfectamente rebatibles desde luego. Pero hay cosas que claman al cielo. El premio para Messi es, lisa y llanamente, un escándalo. Debe ser que Cesc (cada vez que alguien le llama Fábregas me hierve la sangre) tiene razón y Messi va a ganar los 8 balones de oro siguientes. Me da igual. Como dice Guillermo Arroyo, que tiene buen gusto para esto del fútbol, para mí el Super Balón De Oro o como se llame sólo puede tener un dueño: Xavi Hernández.

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