jueves, 25 de febrero de 2010

Un Proyecto Duradero

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Manuel Pellegrini es un gran entrenador. En sus primeros años de profesión logró el título liguero con Liga de Quito y con River Plate en 2 ocasiones, además de diferentes copas con Universidad Católica y San Lorenzo de Almagro. Pero se hizo conocido para el gran público cuando llegó a Vila-Real en 2004. Durante 5 años consiguió que muchos sintiéramos gran simpatía por el Villarreal. El equipo practicaba un fútbol rápido, vistoso y eficaz. Ese fútbol de toque que han puesto de moda el Barça y la selección ya lo venía jugando el Villarreal mucho antes. La diferencia eran los jugadores claro, no es lo mismo que el centro del campo lo formen Iniesta y Xavi que Senna y Riquelme (por aludir a la mejor época del Villarreal cuando cayó en las semifinales de la Champions ante el Arsenal). El estilo de Pellegrini es algo más directo y rápido, mientras que lo que distingue el juego culé es la pausa que imponen los bajitos. Pero, desde luego, Pellegrini ha demostrado que le gustan los jugadores de buen trato de balón: Cani, Pires, Cazorla, Sorín o los citados Marcos y Román entre otros muchos.
El otro día, viendo en directo el Real Madrid- Villarreal me di cuenta del gran vacío que ha dejado el chileno en el equipo de Castellón. Valverde intentó imponer un estilo diferente, de fútbol directo y contraataque, que le dio muy buen resultado en el Athletic y especialmente en el Panathinaikos, donde logró Liga y Copa. Pero no ha funcionado. Y su sucesor, Garrido, aunque acaba de empezar, no parece estar tomando las decisiones acertadas. El Villarreal ha dejado de ser un equipo del grupo de cabeza de la liga, está con pie y medio fuera de la Europa League y, lo que es más importante, su fútbol ya no es tan atractivo. Contra el Madrid dió verdadera lástima. Nunca vi que el Villarreal diera esa imagen en el Bernabeu mientras Pellegrini estaba al frente. Cierto que los resultados no le acompañaron, pero su planteamiento era atrevido, descarado, muy ofensivo, siempre dejó una sensación agradable, que hacía pensar que era un entrenador con grandes posibilidades.
Ahora, el diario Marca está metido en una campaña contra el técnico blanco por la que, cada vez que llega un mal resultado, la conclusión es que la culpa es enteramente suya. En cambio cuando se recuerdan el número de goles marcados, el número de puntos conseguidos, la imbatibilidad del equipo en casa (¡durante toda la liga!) y, por encima de todo, el buen nivel del fútbol desplegado por el Madrid hasta ahora, la única razón que dan los periodistas (con la excepción de mi admirado Santi Segurola) es "Cristiano es el mejor". Para él son todas las portadas. También debió serlo la del día siguiente al ridículo de Lyon, partido en el que ni uno sólo de los cracks estuvo a la altura de la ocasión, y CR9 el que menos.
Pretenden en Marca que nos creamos que el Madrid perdió porque Pellegrini "¡se atrevió!" a sacar a Marcelo en lugar de Arbeloa y, sobre todo, a Diarra en vez de Lass . Sin comentarios. El gol del OL no fue culpa de Diarra, ni mucho menos de Marcelo que ni siquiera estaba en el campo. Y el mal juego tampoco se debió a ellos. Marcelo sufrió en su banda desde luego, pero no cometió ningún error garrafal que yo recuerde. Y Diarra fue uno de los pocos que, en mi opinión, mantuvo un nivel medianamente aceptable dentro del desastre general (¿alguién ha analizado el pésimo partido de Xabi Alonso?). No obstante, y no se muy bien la razón, quizá que CR9 y Kaká venden periódicos, toda la culpa es de Pellegrini que equivocó la alineación y el planteamiento. En fin. Como dice Segurola "las figuras tienen bula".
Ya va siendo hora de que el Madrid tenga un entrenador asentado, con la plena confianza de los directivos y cuyas decisiones se respeten. El Madrid no ha tenido un entrenador que haya durado más de un año y medio en el cargo desde la destitución de Del Bosque (a día de hoy sigo sin entender porque Florentino se lo cargó). Ya está bien. Pellegrini es un hombre educado, respetuoso y correcto cuyo gran defecto es no bailarle el agua a la prensa. Pero desde luego no es un sinvergüenza como Juande ni un Grosero como Schuster ni un...no se ni como calificar al evasor de impuestos Profesor Luxemburgo. En cuanto a Capello...a mí me encanta pero eso es tema para otro post (ojo con Inglaterra en el Mundial con un Rooney estratosférico).
"El ingeniero" se merece una oportunidad. Supongo que Marca no va a cambiar su linea editorial pase lo que pase, pero como decía Góngora "ande yo caliente...". Que ladren. Lo importante es que Florentino no cometa otra locura y lo despida al primer tropiezo. Ojalá que tenga unos años para construir un equipo ganador, uno capaz de competir con el gran Barça. Este año estamos viendo al mejor Madrid desde hace mucho, mucho tiempo. La superioridad con la que golea es casi insultante, la defensa es la mejor que recuerdo desde las buenas épocas de Hierro y Alkorta, ha habido momentos de gran fútbol. Los jugadores están con él porque CREEN en él y en su estilo de juego, y los aficionados (salvo por el desastre de la copa, que es su gran borrón hasta ahora) están, por lo general, bastante satisfechos. Me atrevo a decir que, aunque el Madrid no logre ningún título este año, Pellegrini debería continuar. Den tiempo a este hombre, por favor. Creo que los madridistas lo agradeceremos.

lunes, 8 de febrero de 2010

La Torre De Marfil






















En estos días en que todo el mundo habla de los arbitros y del "Villarato", a mí, que me encanta ir contra corriente, me apetece escribir sobre algo totalmente distinto. Y sí, en este tema también voy en contra de la opinión generalizada.
En 2004, cuando Roman Abramovich, dueño del Chelsea, invirtió 27 millones de euros en un semidesconocido delantero costamarfileño todo el mundo se echó las manos a la cabeza. Drogba procedía del Olympique de Marsella, club que disfrutó de una breve gloria a principios de los 90 gracias sobre todo a su capitán Jean Pierre Papin y que llegó a conquistar la Champions League en 1991. Didier había desarrollado toda su carrera en Francia, en equipos menores como Le Mans y Guingamp, y ya entonces había destacado por sus vastas cifras goleadoras.
En Marsella firmó una única y magnífica temporada en la que anotó 32 goles y jugó la final de la, por entonces, copa de la UEFA contra el Valencia. Y, aunque el Olympique perdío, aquél día me fijé mucho en el delantero centro, un jugador de una habilidad inusitada con el balón, gran potencia, controles imposibles, todo ello en una colosal figura de 190 centímetros.
Por aquel entonces, aunque ya contaba 26 años, Drogba no estaba plenamente desarrollado, al menos en el aspecto físico. De pulirlo se encargo José Mourinho. Y lo hizo muy bien. Tras unos inicios complicados, pronto empezó a justificar el enorme (y arriesgado) desembolso realizado. Ese año conquistó la Premier y la FA Cup marcando 16 goles. En el Chelsea trabajaron su potencial físico hasta transformarlo en una verdadera fuerza de la naturaleza y, de paso en uno de los mejores goleadores de Inglaterra.
Pero lo que me impresionó, y me sigue impresionando hoy, no es su capacidad goleadora, que es enorme. Lo que realmente me gusta de él es como destroza a las defensas rivales. Ya juegue sólo en punta o en un esquema de 2 delanteros, él sólo es capaz de arrastrar en una jugada a 2 o incluso 3 defensas, lo que, para un equipo como el Chelsea, que basa su juego de ataque en la acumulación de centrocampistas que pisan el area con gran facilidad (Lampard, Ballack, Essien) es esencial.
Buen lanzador de faltas, excelente cabeceador, a su descomunal potencia física suma una gran velocidad para un jugador de su tamaño, gran fuerza en el disparo y, por encima de todo, una inteligencia de movimientos poco habitual en un jugador procedente del continente negro. Los africanos no son precisamente famosos por su disciplina y rigor tácticos. Muchos opinan que, cuando los africanos dominen los conceptos tácticos colectivos que inculcamos en Europa tendrán las mejores selecciones del mundo gracias a su indudable superioridad física.
Pues bien, Drogba es una adelantado, un jugador del siglo XXI. Autor de 116 goles en 242 partidos con el Chelsea, lleva varios años machacando a las defensas de los mejores equipos de Europa. Y, aunque la Copa de Europa se le resiste, si el Chelsea es probablemente el equipo más regular del continente en los últimos años (nunca cae antes de cuartos y casi siempre alcanza las semifinales o la final) es en gran parte gracias a Drogba.
A pesar de las evidentes diferencias, me recuerda a Ronaldo en dos aspectos: primero su capacidad para aterrorizar a los defensores. Segundo, la intimidación que su nombre genera en los aficionados rivales es tal que un Chelsea sin él no causa ni la mitad de respeto. Cuando uno se pone a pensar en los grandes nueves de Europa, el suyo siempre es el primero que viene a mi cabeza.
No tiene mucho sentido discutir cada dos meses cuál es el mejor jugador. Los futbolistas atraviesan por lesiones, altibajos, épocas sin títulos...Probablemente, en la actualidad, Xavi sea el mejor jugador del mundo, el que tiene un mayor peso en su equipo. Sin embargo, haciendo una retrospectiva de los últimos años y, logicamente, llevado por una pura debilidad personal, yo me quedo con el 11 del Chelsea. No se si es el mejor, pero si tengo claro que es el más decisivo, el más determinante.
Ahora, con 32 años, Droba se encuentra en plenitud. Lleva 22 goles en 26 partidos, ayer aniquiló al Arsenal con 2 tantos, una nueva liga esta a tiro, tiene entre ceja y ceja la Champions League y mi apuesta es que éste año no se le escapará. Y después el Mundial. Pocas veces un sólo jugador ha tenido tanta importancia en su selección. Con Drogba los "elefantes" aspiran seriamente a la clasificación, y quizá a ser la gran revelación, en un grupo con Brasil, Portugal y Corea del Norte. ¿Alguién cree que podrían tener opciones sin su capitán? La respuesta es clara: ninguna.